lunes, 13 de enero de 2014

CHILE Y PIMIENTO, MEXICO Y ESPAÑA


Aunque el pimiento está perfectamente integrado en la cultura culinaria mundial, es una adquisición relativamente reciente. Hasta que Colón no lo trajo de su primer viaje a América era un producto desconocido en todo el Viejo Mundo.



Colón, para entretener su viaje de vuelta, relacionó en su diario de abordo las semillas de plantas desconocidas que traía de América, entre las cuales figuraba el pimiento. Quizás porque la citó con el nombre indígena de ‘axí’ (‘ají’; también México hay que pronunciarlo Méjico), ha pasado desapercibida su temprana introducción en Europa. En España todo apunta a que la orden de los Jerónimos a través de los monasterios de Guadalupe y Yuste (Cáceres), La Ñora (Murcia) y San Millán de La Cogolla (La Rioja), fue la principal responsable de su propagación en la península. No en vano Colón, por una promesa a la Virgen, visitó el Monasterio de Guadalupe, antes que a los Reyes Católicos en Barcelona. No sería extraño que dejara a los monjes algunas de las semillas que traía del Nuevo Mundo. En esas provincias curiosamente es donde se da la mayor diversidad de tipos de pimiento en España. En el caso del valle del Ebro, desde La Rioja se distribuyó por todas las riberas de ese valle.

Es curioso, pero si a un africano, asiático o incluso europeo les preguntas por el origen del pimiento cultivado y consumido en sus países, la mayor parte de ellos te dirán que es autóctono, es decir que forma parte de su acerbo hortícola milenario ¿Por qué es así?

Creo que, a diferencia del tomate que también se introdujo de América, en Europa no hubo ningún prejuicio respecto al consumo del pimiento. Sin embargo, en el viejo continente conocíamos la planta de la dulcamara, perteneciente también a la familia de las solanáceas, y cuyos frutos en forma de tomatitos eran muy venenosos. Esto  a los europeos nos llevaba a no comer tomates, por si acaso. Así que, mientras que el pimiento lleva siendo consumido en España durante más de 500 años, en el caso del tomate el período de consumo habría que acortarlo en al menos cien años, y todavía más en los países del norte de Europa.

Volviendo al pimiento. Las variedades de España más habituales y las de América son muy parecidas. El país más próximo a España es México que domesticó el pimiento pero bajo el nombre de chile. Este país había desarrollado a lo largo de su ancestral civilización, toda una amplia serie de los diferentes consumos del pimiento: frescos, verdes, maduros, fritos, asados, encurtidos, secos, molidos,…Y para cada especialidad existen variedades diferentes de chile, adaptadas a cada uso culinario diferente. Bueno, pues debían de ser tan evidentes sus cualidades que los españoles prácticamente hemos aprovechado todas esas especialidades y quizás alguna más. Claro las variedades cultivadas en México son todas picantes y las variedades de pimiento correspondientes españolas son prácticamente todas no picantes, producto de su selección a partir de las variedades mexicanas.

Según mis propias observaciones, que no voy a detallar aquí pero que si alguien está interesado se las puedo transmitir,  todavía recientemente hemos asistido en España a la domesticación de una variedad mexicana de chile denominada ‘Ancho’ a su correspondiente variedad española no picante denominada pimiento del ‘Piquillo’, una de las más populares en España. Volveremos a hablar de ella pues merece un tratamiento específico.




Variedad mexicana de chile Ancho

 



 
 
 

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