lunes, 16 de noviembre de 2015

CARDO (2ª entrega).


A continuación damos unos consejos para el hortelano aficionado.

La planta del cardo, como la de la alcachofa, es herbácea y perenne.
El cardo se cultiva al aire libre, siendo una típica hortaliza de invierno, aunque últimamente se puede encontrar también en final de otoño y principio de primavera.
El cardo tolera ligeramente las heladas aunque algo más que la alcachofa, dependiendo los daños causados, de la temperatura que se alcance durante la helada y del estado vegetativo de la planta.
La plantación del cardo se suele realizar en verano. El blanqueo hay que iniciarlo entre uno y dos meses antes de su cosecha, atando los cardos. Para conseguir una penca de más calidad es recomendable envolver la planta en plástico negro (Foto 1), o mejor, en sacos de papel o, todavía mejor, en tierra. Lo de envolverlos en tierra creo que ya es historia, sólo algunos hortelanos de a pie lo siguen haciendo por lo costosa que es la operación. La duración normal de una plantación es de 2-3 años.  Las plantaciones viejas hay que dejarlas reposar en verano.  El reposo estival se suprime con el riego. En la brotación subsiguiente se puede aclarar el número de rebrotes al deseado. Cuantos menos dejemos mayor será su vigor.
 
Un alto porcentaje del cardo español es transformado industrialmente mediante conserva y congelación, teniendo bastante éxito entre los consumidores, probablemente por las dificultades que encierra su preparación doméstica para el consumo.  Por ello, su inclusión en platos preparados y semipreparados y las nuevas conservas de calidad, en frasco, sobre todo teniendo en cuenta que sus propiedades le hacen ser un factor de salud.

Como curiosidad el cardo también se ha ensayado en los últimos años como combustible, una vez seca la planta completa. Yo los utilizo en mi estufa.
Atención a Cynar (Cynara), que funciona como chupito digestivo en Italia, al igual que el pacharán en el norte. Cynar es una solución que se obtiene a partir de la ‘alcachofa’.