viernes, 29 de noviembre de 2013

LA ALCACHOFA


Antes de entrar en materia, para los que consulten bibliografía en inglés hay que advertir que el término alcachofa en inglés es Globe Artichoke, porque hay otra artichoke en inglés que es Jerusalem Artichoke que puede confundirnos pero que es una especie muy diferente, concretamente la pataca (Helianthus tuberosus), pariente del girasol (Helianthus annuus).

En la entrada de este blog de las Asteráceas, ya hablamos  de dos hortalizas muy próximas entre sí alcachofa y cardo de huerta. Ahora vamos a dedicarnos a la alcachofa, también conocida como alcaucil en Andalucía y Argentina

De la alcachofa, al igual que del cardo, que son la misma especie botánica (Cynara cardunculus), ya sabían los antiguos egipcios. El cultivo de la alcachofa en España está documentado desde el tiempo de los romanos por nuestro compatriota Columela.

Probablemente la alcachofa fue el resultado de la selección dentro de los cardos de aquellas plantas que, por su ausencia de espinas en el capítulo floral, permitían un consumo fácil. Aprovechando la capacidad de rebrotación o ahijado de la especie, seleccionaron variedades de alcachofa de propagación vegetativa, es decir variedades clonales, de tal forma que hoy el cardo se propaga por semilla y la alcachofa vegetativamente, mediante zuecas, esquejes, etc. Recientemente se han introducido alcachofas propagadas por semilla.

 
Zuecas de alcachofa
 
Actualmente, la alcachofa es un producto muy conocido en todos los países ribereños del mediterráneo, pero muy poco en el resto del mundo, salvo algo en Argentina y California (EEUU)adonde debió ser llevada por los inmigrantes europeos. En el mediterráneo, curiosamente tiene la misma distribución geográfica que el olivo. En España se cultiva principalmente en toda la zona mediterránea (para producción de invierno) y en el valle del Ebro (para producción de primavera).
Valor culinario.
Un capítulo o cabeza de alcachofa no es sino una inflorescencia, es decir, un conjunto de cientos de flores protegidas por varias capas de brácteas. Se consumen las brácteas más internas y blanquecinas, o sea las más carnosas, y la base en la que se asientan, el receptáculo. En ocasiones, también se consume la parte tierna de la porción de tallo con el que la alcachofa llega al mercado. En cualquier caso, la parte comestible, es decir no fibrosa, alcanza su mayor proporción cuando el capítulo ha alcanzado el máximo desarrollo pero todavía mantiene las brácteas apretadas o cerradas, momento en el que se realiza la recolección. El estado anteriormente descrito se corresponde con ausencia de pigmentaciones violetas en las brácteas interiores y con un escaso desarrollo de las flores en el receptáculo, es decir, con una escasa presencia de lo que se denomina 'pelo'.  Por ello, en el mercado debemos elegir capítulos tersos, consistentes y de superficie limpia y brillante. Hay que tener en cuenta que en las épocas de calor, la evolución de los capítulos a malas condiciones para el consumo es muy rápida.
 
Estado idóneo para consumir la alcachofa.
 
Lo más corriente es consumir, de formas muy diferentes, la parte más tierna del capítulo una vez cocida. Pero también puede consumirse la parte tierna de las brácteas exteriores, las que habitualmente se desechan, después de asar el capítulo completo. Tras su asado, las brácteas son tomadas manualmente, de una en una, para ser impregnadas en una salsa al gusto, preparada al efecto, antes del consumo chupando la parte tierna de las mismas.
Para asar también podemos utilizar capítulos muy pequeños, es decir, muy tiernos, que, desprovistos de las partes externas más fibrosas, pueden ser asados y directamente consumidos aderezados con un chorrito de aceite de oliva.
En las zonas donde el cultivo es tradicional, también se consumen las pencas de los rebrotes tiernos, al igual que se hace con el cardo. A dichos rebrotes se les denomina de diversas formas, como esqueje o cardillo de alcachofa. En Aragón se suelen encontrar en primavera temprana en los mercados más populares como el Mercado Central de Zaragoza.
El 40% de las alcachofas españolas son transformadas industrialmente, mediante conserva tradicional y congelación. Se ofrecen dos tipos principales de conserva, los ‘corazones’, que son las inflorescencias preparadas como para el consumo casero, es decir, sin las brácteas externas, y ‘fondos’, que son como las anteriores pero desprovistas de todas las brácteas y el ‘pelo’. También se elaboran cuartos o mitades de ‘corazones’. En el caso de la conserva tradicional los ‘corazones’ o ‘fondos’ se cuecen para facilitar su consumo. El congelado y la conserva en frasco dan una mejor calidad organoléptica que la conserva en lata.
 
 
Conserva de corazones.

 

 
Valor dietético.
 
La parte comestible de la alcachofa es un alimento bastante equilibrado.  Tiene en su materia seca un alto porcentaje de azúcares totales (48%), la mayor parte de ellos inulina (glúcido de bajo poder calórico que hace a la alcachofa una hortaliza muy indicada para la dieta de los diabéticos) y proteínas (21%) de los más altos de todas las hortalizas.  Las grasas representan el 1,6% y la fibra bruta es baja (10%), lo que facilita su digestión (claro, siempre que se haga una limpieza esmerada de las partes externas más fibrosas).  En cuanto a su composición en elementos minerales destaca por sus altos contenidos en potasio (2%) y hierro (0,01%).
Es un alimento de unas cualidades organolépticas muy apreciadas. Su palatabilidad se debe, no solo a la presencia de azúcares en abundancia, sino también a la presencia de compuestos fenólicos, flavonoides y derivados del ácido cinámico. Estos compuestos, junto con algunos sesquiterpenoides, contribuyen a determinar el gusto ligeramente amargo tan característico de la alcachofa.
 
Aparte de su uso como hortaliza, ya sea para consumir sus capítulos inmaduros ya las pencas de sus hojas, la alcachofa ha tenido siempre reconocidos efectos terapéuticos, concretamente de protección hepática, anticolesterizantes, diuréticos y antirreumáticos. Una mayor protección hepática se consigue con extractos de silymarina a partir de las semillas, que se pueden conseguir en farmacias y herboristerías. En estos casos se utiliza como fuente del producto una especie próxima, el cardo Mariano (Silybum marianum) muy frecuente en nuestras huertas.
 
 
Calendario de cosecha y comercialización
  

La alcachofa se cultiva al aire libre, siendo una típica hortaliza de producción de otoño-invierno, a partir de los cultivos mediterráneos, y de primavera, a partir de los cultivos del interior peninsular. Últimamente, la aparición de un nuevo tipo de variedades (de propagación por semilla) está permitiendo la producción de verano. Y más importante aún, el acceso fácil del cultivo de esta hortaliza a los hortelanos que tengan dificultades para conseguir zuecas.
 
 
 
 
Plantitas de alcachofa procedentes de semilla.
 
 
Los diferentes mercados suelen requerir alcachofas de distinto tamaño y con diferente longitud de tallo.  Aunque su perecibilidad es alta no se suelen refrigerar, sino comercializarlos con diligencia.  O son transformadas industrialmente como ya se comentó más arriba.
 
 
Columela L.J.M. 42. Los doce libros de agricultura. Edición facsímil de la traducción al castellano de J.M. Álvarez de Sotomayor y Rubio (1824). Sociedad Nestlé. Santander, 1979.






 
 


Más información sobre la alcachofa es este blog en las entradas de 24/3/2014 y 7/2/2015
 
 
 

 
 
 

viernes, 1 de noviembre de 2013

¿HAY HORTALIZAS TRANSGÉNICAS EN EL MERCADO?



A veces me hacen esa pregunta. Esta cuestión hay que resolverla cuanto antes. La respuesta es NO.

No soy partidario de las plantas transgénicas, en otro momento explicaré el porqué, pero tampoco que se alarme a la gente innecesariamente con los transgénicos. Una vez vi un cartel haciendo referencia a un huerto escolar en Zaragoza, magnifica iniciativa la de los huertos escolares, que decía ZONA LIBRE DE TRANSGENICOS. Me parece que este tipo de advertencias es perverso. ¿Quiere decir que las lechugas, judías, acelgas, etc. que había en ese huerto eran de fiar y las hortalizas que podamos comprar en la tienda no lo son?  También se dice que los nuevos tomates ‘larga vida’, duros como piedras, son transgénicos, cuando no lo son. Se han obtenido mediante mejora clásica, aunque el resultado sea muy pobre. Pero beneficioso porque ha llevado a la gente a cultivar los tomates de toda la vida, por ejemplo el tomate rosa de la zona de Huesca. En fin, hay que llevar cuidado y no alarmar al ciudadano. De momento no se conocen o no se comercializan hortalizas transgénicas. Ni creo que aparezcan pues la presión popular en contra es muy fuerte a nivel internacional.