Los dos
términos del título de esta entrada se refieren a la operación de plantar en el
terreno de asiento, con plantas desarrolladas a partir de semilla colocada en un taco de
turba o cepellón, mediante el uso de
un plantador manual, llamado picaraza
en el Valle del Ebro, donde se inventó hace unos cuantos años, por un herrero de Ejea de los Caballeros (Zaragoza) llamado José Carnicer.
La plantación con cepellones,
en contraposición a la plantación a raíz desnuda, se desarrolló para el cultivo
en los invernaderos y después ha triunfado también en la horticultura al aire
libre. Para un hortelano aficionado el cepellón le da seguridad en el
establecimiento de la planta a cultivar, frente a la cría en semilleros para
después arrancar las plantas y a continuación plantarlas a raíz desnuda, lo que da menos seguridad de
que la planta prenda y se establezca en el terreno de asiento. Además, en este
caso la planta tiene que volver a enraizar mientras que en el caso del cepellón
es una operación con más continuidad en el desarrollo de las raíces de la
planta en el terreno de asiento.
Cepellón en estado ideal para plantación
La
plantación a raíz desnuda se sigue utilizando en algunos casos por el coste
mucho más bajo de este tipo de planta en contraposición al cepellón.
Planta con raíz desnuda
Antes, no
hace mucho, se plantaba con una pequeña azada doblando el lomo. Operación
penosa que dio lugar a la inventiva de la picaraza. Esta denominación es un término local
del Valle del Ebro para lo que en castellano se llama urraca, por su similitud con
este pájaro que va picoteando aquí y allá.
La picaraza
está constituida por un largo tubo hueco con un mango de soporte en la parte
superior y un cono invertido y dividido longitudinalmente en dos en la parte inferior. Es decir acabado en pico. Una
vez clavado el pico la picaraza en la tierra por un operario, otro que trabaja a la par introduce la planta por el orificio
superior dejándola caer por su peso a la parte inferior. A continuación,
presionando el gatillo que se encuentra junto al mango, mediante un muelle, el cono se abre en dos
dejando caer la planta en el terreno de asiento. Al mismo tiempo se saca la
picaraza, con lo que la tierra próxima se desploma alrededor de la planta
sujetándola, y a continuación se vuelve a clavar en el siguiente lugar de
plantación.
Plantador tipo 'picaraza'
Para
plantar cepellones las raíces deben estar bien desarrolladas, de tal forma que ellas
mismas sujeten la turba en la que se desarrolla la planta (ver primera foto). Este substrato no
debe estar ni seco ni muy húmedo en el momento de la plantación. Si está muy seco
se puede deshacer durante la plantación y si está muy húmedo tenderá a pegarse
en el tubo de plantación, dificultando su circulación hacia el terreno de
asiento.
Tanto si se
planta a raíz desnuda como en cepellón es muy importante que el agua de riego
se incorporé justo después de la plantación para que la planta no sufra, sobre
todo si es a raíz desnuda y estamos en temporada calurosa. Por este motivo, si se puede, es mejor plantar al
amanecer (ver foto de abajo) o al atardecer en días poco soleados.
Inmediatamente detrás de la plantación hay que regar
No hablamos
de plantación mecanizada porque es propio de la horticultura industrial, no para
aficionados.
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