España tiene una gran variedad de
hortalizas quizás la más diversa del mundo. Los pobladores de la península
ibérica somos muy diversos, quizás porque hemos recibido influencia de muchas
culturas a lo largo de la historia y, entre otras cosas, atesoramos numerosas
variantes de las especies hortícolas.
A lo largo de mi vida algunos visitantes
extranjeros me han comentado que tenemos un país maravilloso, y no sólo por el
sol. Nosotros desde dentro de España quizás no lo apreciemos, pero es así.
Somos una península que en
realidad por su complejidad funciona como un pequeño continente, por su gran
variabilidad en lo geográfico, climático y cultural.
Geográficamente España es el
segundo país más montañoso de Europa tras Suiza, pero a su vez está rodeado de
costas al atlántico y al mediterráneo.
El clima varía desde las
cumbres nevadas a desiertos en menos de 200 km. Es el caso de los Pirineos y
los desiertos de Monegros y Bardenas.
Culturalmente tenemos un
sustrato celtibérico, a su vez variable en cada región. Éste ha sido influido
por diferentes civilizaciones, particularmente por la cultura romano-cristiana.
Poseemos diferentes lenguas y costumbres, que nos hacen ser atractivos entre
nosotros y a extraños.
Algún hispano americano de visita por España, me ha comentado que observaba en España mas diferencias que en el conjunto de hispano américa.
Se dice que la variabilidad en
la vida, en la experiencia de las personas, es un factor de estímulo de la
inteligencia. Los contrastes en las experiencias se pueden adquirir viajando,
pero en España no hace falta viajar muy lejos para ver situaciones muy diferentes.
Basta recorrer nuestro país para espabilarnos como personas.
Es el caso de la cebolla ‘Grano de Oro’,
conocida y cultivada en todo el mundo como ‘Grano’. Otra cebolla que en algún
momento dará un gran salto comercial es la cebolla ‘Dulce de Fuentes’,
reconocida como la cebolla más dulce a nivel mundial. Volveremos sobre la cebolla en este blog.
La alcachofa, escasamente conocida fuera
del área mediterránea, pero con una variedad sobresaliente la ‘Blanca de Tudela’,
la más adecuada para hacer conserva.
Con el mismo objetivo de hacer conserva
está triunfando el cardo de huerta. Antes más propio del valle del Ebro y ahora
popularizado su consumo en toda España.
Los melones españoles, particularmente
el ‘Piñonet’ o ‘Piel de Sapo’ es inigualable en cuanto
dulzor. Nada que ver con los melones cantalupos a los que hay que añadirles algún licor para hacerlos comestibles.
Recientemente está triunfando en los
mercados el tomate ‘Rosa’. No me atrevo a ponerle el apelativo pues hay a
varias localidades aragonesas que lo reclaman como propio. Claro, hace 500 años
no lo conocían en ninguna de ellas, aunque algún agricultor aragonés,
particularmente oscense, supo seleccionarlo. Como en algún momento trataremos del
tomate volveremos sobre el tema.
Otro tanto podemos decir del pimiento del
‘Piquillo’, éste sí, aclimatado en Lodosa (Navarra) el siglo pasado, que como he explicado en
otra entrega de este blog, para mí es un calco de la variedad de pimiento ‘Ancho’
procedente de México. Alguien en activo en investigación podría estudiar este tema.
Pimientos de la variedad Piquillo
Y qué decir de la peculiaridad de la
borraja cuyo consumo se está extendiendo por toda España. Aunque el cultivo,
como el del cardo de huerta, es más difícil de conseguir fuera del valle del
Ebro.
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